jueves, 10 de septiembre de 2020

América Latina en la primera mitad del siglo XIX

 Fragmentación del poder:

En el momento de la independencia existían en Latinoamérica diversas sociedades autónomas con rasgos culturales propios .En la región occidental montañosa , las sociedades gozaron de mayor atención por parte de las autoridades coloniales  debido  a su riquezas  agrícolas  y minera, lo cual explica , en parte , la demora en proclamar la independencia total . Por el contrario , las sociedades del oriente no contaron con el mismo apoyo y cuidado del gobierno colonial; la población era escasa y su proceso de independencia fue más rápido .

Era difícil crear un nuevo orden que diera  unidad  administrativa  y respondiera  a las necesidades y expectativas de todos. Las oligarquías locales , iglesia o los ejércitos dominaron la población ; muchos de los militares que se hicieron dueños de las haciendas dieron origen al caudillismo.

Durante las guerras de independencia disminuyo la producción de alimentos , hubo crisis económicas e inseguridad ; se formaron grupos de bandoleros  dedicados  al saqueo  y al pillaje . La tierra se distribuyo  entre  los oficiales  que participaron n las guerras , quienes  se convirtieron en caudillos militares que concentraron el dominio económico , político y social , defendieron sus privilegios y generaron fragmentación del poder .

LA OLIGARQUÍA

La oligarquía, no fue una clase social propiamente tal, sino más bien, una categoría política, que cohesionados por sus intereses económicos ejercieron opresión y dominio. Organizaron la sociedad a partir del concepto de hacienda como cónclave de la institución familiar. Establecieron además una particular forma de relación entre empleador-empleado (inquilinaje en sectores rurales) con fuerte dependencia económica y un naturalizado ejercicio de la coerción física.

El poder económico de la oligarquía prontamente trascendió a lo político, ya que la apropiación y control de la masa trabajadora le permitió utilizarla como estrategia en las contiendas electoraleshaciendo uso del voto de sus obreros (Cavarozzi, 1978). Sin duda, este modelo de relación laboral ha dejado marcas indelebles en el inconsciente colectivo latinoamericano, que emerge como recuerdo traumático en la literatura, en textos como Casa de Campo (Donoso, 1978), La Casa de Los Espíritus (Allende, 1982), que narran el inquilinaje campesino y sus relaciones de opresión y sumisión. Por otra parte, Baltazar Castro y Baldomero Lillo, escriben sobre la traumática experiencia de los trabajadores mineros en Sewel (1953) y Sub-Terra (1904). Junto al trauma del martirio y explotación del trabajador, América Latina conserva una singular manera paternalista de relacionarse con las clases privilegiadas y sus valores asociados, como el dinero y el poder.

Cadillismo.

El origen de la palabra caudillo viene del diminutivo latino caput, que significa "cabeza", "cabecilla", y aunque no existe una definición actual única e incontrovertible, tanto en términos académicos como populares el término evoca al hombre fuerte de la política, el más eminente de todos, situado por encima de las instituciones de la democracia formal cuando ellas son apenas embrionarias, raquíticas o en plena decadencia. Caudillismo e institución democrática son elementos situados en los extremos de una línea ascendente de la evolución política en donde el primero sería el "más primitivo" y el segundo el "más desarrollado".

 

El término "caudillo" es tan elástico a la hora de su uso, que se refiere a una cantidad de personalidades similares pero con grandes diferencias. En este sentido, "caudillos" han sido Villa y Zapata; Morazán y Sandino; Páez y Moreno; Santa Anna, Obregón y Díaz; De Rosas y Rodríguez de Francia; Perón y Vargas; Trujillo y Stroessner, y tantos otros que no escaparon al título –que parecía agradarles– y que a ojos de seguidores y detractores adquiría características que los enaltecía o los denostaba, según el caso. Aunque tal elasticidad del término podría dar lugar a discusiones interminables sobre lo que exactamente es y no es un caudillo, ello es un obstáculo menor en el abordaje del tema, como si habláramos de otros temas poliédricos como la democracia o el nacionalismo. Baste decir, entonces, que cuando nos referimos al caudillo, señalamos a quienes ejercen un liderazgo especial por sus condiciones personales; que surge cuando la sociedad deja de tener confianza en las instituciones. Pesa más que sus propios partidos, tanto que a veces los aplastan.

 

fenómeno del caudillismo latinoamericano y la decantación de la semántica del término, así como suscitar interrogantes sugestivas frente a acontecimientos actuales que le están relacionados. Por su contenido, la hemos dividido en el caudillismo viejo (que posee los rasgos fundamentales del fenómeno) y el moderno (que es una puesta al día del anterior) atendiendo a sus especificidades en función de sus diferentes circunstancias históricas. Por su importancia para los tiempos que vivimos, hemos dedicado la parte de los "nuevos aires" del caudillismo a la figura del presidente venezolano

Hugo Chávez, en tanto caudillo populista posmoderno, inserto en un ambiente muy distinto a la que vivieron sus antecesores, tanto en términos internos como internacionales.

 

Actividades

1. Cual fue el principal desafío para los nuevos países en América Latina 

2. Analizar que origino la ruptura con el Gobierno español

3-  Plantea una hipótesis que explique porque países como Mexico y Brasil optaron por una organización política monárquica.

4. Cuales son las características para que una persona se le del nombre de Caudillo